24 diciembre 2012

El balance de blancos


Uno de los parámetros más importantes en fotografía digital, es el correcto balance de blancos. El balance de blancos es una función que ajusta el tono del color  de la forma más realista posible. El tono del color del motivo cambia en función de las características de la fuente luminosa.
No es lo mismo fotografiar un día nublado, un atardecer de un día despejado, en interior o por la noche. Esa diferencia es la temperatura del color.
La temperatura de color es el método usado para cuantificar el color de la luz. Se expresa en Kelvins. Por ejemplo, la luz del día tiene alrededor de 6.500 Kelvins.
La luz cálida tiene una temperatura de color baja, este es el caso del atardecer, que tiene alrededor de unos 4.000K. La luz fría tiene una temperatura de color más alta. Las noches con luz azulada tienen alrededor de 7.500K. Por tanto, cuanto más cálida sea la luz más baja será la temperatura de color y cuanto más fría, más alta la temperatura de color.
Las cámaras digitales cuentan con varios sistemas de balance de blancos. Normalmente, la modalidad cromática (AWB) la cámara detecta automáticamente una fuente luminosa y ajusta los tonos del color, es perfecta para un uso general.
En una escena donde la luz ambiental prceda de varios tipos de fuentes luminosas, es recomendable la utilización del balance de blancos personalizado para reproducir fielmente la blancura.
Las modalidades preestablecidas (luz diurna, nublado, tungsteno, fluorescente, etc) permiten conseguir fácilmente buenos resultados en sutuaciones previsibles.
El proceso de balance de blancos no es tan imprescindible cuando se toman las fotos en RAW, puesto que este formato permite la corrección posterior sin pérdia de calidad.

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