La fotografía nocturna resulta, sin duda, fascinante, trabajar con escasas condiciones de luz en determinados escenarios nos proporciona multitud de posibilidades.
Si hacemos las fotos nocturnas con el cielo lleno de nubes, el contraste de los edificios delante del cielo queda mucho mejor que un día despejado sin ninguna nube.
Afrontar la fotografía con ciertas garantías de éxito supone invertir una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en hacer localizaciones. Localizar escenarios para las fotografías nocturnas es más complicado de lo ordinario, al influir un mayor número de factores, en este tipo de fotografías es muy recomendable usar trípode y disparador remoto ya que los tiempos de exposición suelen ser muy largos. Jugando con estos tiempos de exposición se pueden crear cientos de efectos.
Lo mejor, es disparar en formato RAW aunque los archivos sean muy grandes a la hora de corregir errores, bien de exposición, temperatura del color, etc siempre lo podremos hacer causando el mínimo daño posible.
El mejor momento en el que hacer la fotografía nocturna es la Hora Azul o también conocida como la hora mágica, esto es el intervalo de tiempo que transcurre al anochecer, empezando una media hora antes de que el sol se ponga, y finalizando treinta minutos desde que el sol se pone. Durante este tiempo, el cielo va cambiando de color progresivamente hasta llegar al negro.
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